Mi madre murió cuando yo tenia 11 años, y ahora que soy madre, muchas veces me he encontrado en situaciones como ésta:
Es un largo día de invierno y no tengo dónde ir. Abrigo las tres niñas y, a pesar que es difícil salir sola con niños pequeños, nos dirigimos al centro comercial que tiene un área de juegos para niños gratis. Nada lujoso, pero funciona.
Espero ver muchas otras madres, también tratando de escapar un poco del aburrimiento. Busco mi lugar en los asientos y trato de ponerme cómoda.
Inmediatamente, mis ojos se posan en una mujer de mi edad. Caminando junto a ella está su propia madre. Su madre empuja el cochecito, arrullando a su nieto. Una niña de tres años camina a su lado.
Mujer: "Voy a Macy's, ya vuelvo".
Mamá: "Adelante, cuidaré a los niños".
La mujer se aleja, sola, durante unos minutos. Regresará pronto y, de todos modos, a su madre le encanta pasar tiempo con los nietos. Le encantará ver a la niña de 3 años subir y bajar por el pequeño tobogán de plástico.
Después del área de juegos, tal vez hagan un poco más de compras y almuercen en el area de restaurantes. Pero sobre todo, platicarán. Hablarán de muchas cosas que solo pueden hablar las madres con sus hijas.
Es una escena común que me hace un nudo en la garganta.
Nunca he hecho este tipo de cosas con mi propia madre, se fue mucho antes de convertirme en madre.
El dolor de criar a mis hijas sin mi madre es muy grande.
Me sorprende que pueda seguir con mis días y, de repente, mi pérdida me golpea con una fuerza que no estoy preparada para manejar. Llega cuando quiere, y siento el mismo dolor, casi 20 años después de su muerte, como lo fue el primer año.
CRIAR NIÑOS SIN MI MADRE ES MUCHO MÁS DIFÍCIL DE LO QUE PENSÉ
Es difícil ir al centro comercial, al área de juegos, al ballet o a cualquier lugar y ver a todos los niños pequeños con sus abuelas. Se que mi mamá estaría allí también, radiante de orgullo por sus nietas.
Veo la conexión que tienen estos niños y sus abuelas, y quiero eso para mi propia madre y mis hijas. Una abuela para animarlas en el fútbol. Alguien que se acerque y sostenga a la bebé para que yo pueda descansar un poco. La persona que podría decirme cómo era cuando era pequeña, para poder entender mejor cómo criar a mis propias hijas.
ESPERANZA
“Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.”
Salmo 27:10
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